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  • Foto del escritorTina

La Casa Hacienda Sojo en la actualidad, Piura Perú

Actualizado: 18 ago 2021



El paisaje Sojo es una muestra excepcional del proceso histórico y cultural que contiene evidencias de los primeros pobladores de la costa norte del Pacífico Sur, y de posteriores eventos de trascendencia, como la formación de la antigua cultura Tallán, las conquistas inca y española, el establecimiento del virreinato del Perú, y el nacimiento de la República, es decir, un continuum cultural extraordinario y de gran relevancia en el desarrollo de la identidad peruana.


El sitio está ubicado en las tierras fértiles del valle bajo del río Chira, en el denominado Tablazo de Paita, provincia de Sullana, Piura, en el marco de un contexto desértico único, conformado por el bosque seco de algarrobos del Parque Nacional Cerros de Amotape.

Abarca actualmente un área de 27,2 hectáreas donde se encuentran diversas manifestaciones de un prolongado proceso histórico y cultural:

  • 01 Del periodo Paleolítico se han registrado restos fósiles.

  • 02 La Huaca “La Mariposa” y restos de construcciones prehispánicas existentes en el sitio, formaron parte de la red de asentamientos de la cultura Tallán (500 d.C. a 1500 d.C.), sociedad pre inca de larga duración que se desarrolló entre Piura y Tumbes, y se extendió hasta Lambayeque y el sur de Ecuador, quienes se mantuvieron unidos ante las influencias de las culturas Lambayeque (1100 d.C.), Chimú (1375 d.C.) e Inca (1470 d.C.), y a la invasión española (1532 d.C.).

  • 03 Remanentes del camino Inca o Qhapac Ñan de la costa norte, que partía del Cusco, se conectaba con los asentamientos Tallanes, y se extendía hasta Quito (Ecuador) y Ancasmayo (Colombia).

  • 04 El primer asentamiento español fundado en las costas del Pacífico en Sudamérica, en 1532, llamado San Miguel de Tangarará. Los relatos mencionan que, ese mismo año, los españoles cruzaron el río y pernoctaron en la pirámide de la Huaca “La Mariposa”, antes de seguir camino a Cajamarca.

  • 05 A partir del siglo XVII, durante el virreinato del Perú, el lugar forma parte de la Encomienda del capitán Francisco de Sojo, de quien toma el nombre.


Tiempo después de instaurada la República, a finales del siglo XIX, Miguel Checa y Checa (1861 – 1935), adquiere parte de la antigua Encomienda y funda la hacienda Sojo en 1896. Casado diez años antes con Victoria Eguiguren Escudero, con quien formó una familia muy amplia, Miguel Checa fue un visionario de su tiempo. Lideró la modernización del agro e impulsó diversos proyectos de beneficio y desarrollo social, como la construcción de un puente de fierro para la ciudad de Piura (conocido actualmente como el “puente Viejo” de Piura, destruido por la crecida del río en 1997), y la construcción, en 1900, del canal del río Chira, para irrigar inicialmente 4,000 hectáreas de cultivo que benefició a más de 50 propietarios vecinos. Actualmente es conocido como “Canal Miguel Checa”, y más de 25,000 hectáreas son irrigadas a lo largo de sus 72 kilómetros.



Con mucho esfuerzo, trabajo constante y acertada dirección, la hacienda Sojo fue un centro de producción y administración agro industrial de primer nivel. Principalmente se sembraba y producía algodón de alta calidad para exportación. Asimismo, tenía gran producción frutícola, avícola y ganadera. Sus productos fueron muy reconocidos y exportados a Europa a través del Puerto de Paita, generando activaciones comerciales que beneficiaron a toda la región.

Además de la casa de la hacienda, tenía jardines y huertos, maestranza agrícola, granja y establo, infraestructura de riego, unidad fabril, conexión ferroviaria, dispensario-enfermería, oficinas administrativas y habitaciones para el personal del servicio.


La antigua hacienda Sojo es el testimonio de la alta capacidad de la colectividad local para producir y ejecutar importantes obras de infraestructura agroindustrial y llevar adelante la operación del más importante emporio agrícola de la región norte a fines del siglo XIX e inicio del XX, hasta su confiscación y destrucción violenta a fines de la década de 1960.


El componente arquitectónico más destacado es la vivienda de la hacienda, construida entre los años 1906 y 1910. Fue ubicada estratégicamente sobre un promontorio natural con vista al río Chira y cerca de la Huaca “La Mariposa”.

Fue diseñada por Julio Ginocchio Alburquerque, nacido en Sojo, de descendencia genovesa y formado profesionalmente en Italia. Es de estilo “ecléctico Palladiano” y de innovador proceso constructivo, pues utilizaron materiales y técnicas no tradicionales, como muros de ladrillo, vigas de acero, columnas de madera, en asociación con materiales y sistemas tradicionales locales, como la quincha de algarrobo, caña Guayaquil, y gruesos muros de adobe, que aplicaron para obtener nuevas formas y soluciones estructurales.



Con más de 2,500 m² de área techada, la vivienda consta de 36 habitaciones distribuidas en dos plantas que convergen en un gran hall cuadrangular de triple altura que corona un generoso y alto lucernario. Desde el hall se asciende a la segunda planta, a través de dos hermosas escaleras semi circulares. La circulación principal da acceso a terrazas y bellas galerías de columnatas, con vistas al exterior. Son apreciables las decoraciones murales y en cielo rasos, elaboradas con finas molduras lineales, florales y rosetas; así como 58 tipos de diseño de losetas venecianas importadas. La casa era abastecida de agua mediante un sistema de bombeo desde las contiguas playas del río Chira.



Rodeada por un excepcional paisaje enmarcado por la “Cordillera Azul” de Amotape, el río Chira y el bosque de algarrobos, entre naranjos, mandarinas, toronjas y cocoteros, la Casa Sojo fue visitada por destacadas personalidades del mundo artístico y político de la época.

Fue afectada por la Reforma Agraria (1969) y entregada a la "Cooperativa Agraria de Trabajadores Miraflores", que, a pesar del despojo, uso inadecuado de la casa y falta de mantenimiento, respetó su arquitectura original.

En 1985 la cooperativa acordó de motu propio devolver la casa hacienda. Posteriormente, el Ministerio de Agricultura anexa siete hectáreas para protección del Bosque Seco de algarrobos.

A partir del año 2007, la Asociación Cultural Sojo (ACS), asume la potestad legal del sitio y comienza a desarrollar un proyecto cultural para convertirla en un polo de desarrollo cultural y social para la comunidad y visitantes de la zona y la región.


La Casa Sojo en la actualidad

Más de un siglo después de su construcción, la casa hacienda Sojo es considerada emblema de la identidad piurana. Por su imponente volumetría, su riqueza espacial, su belleza arquitectónica y las proezas constructivas realizadas en ella, es un hito de la arquitectura republicana del norte peruano, y una de las pocas muestras de fiel arquitectura “palladiana” en nuestro país.

Por ello, fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación Peruana el año 1974 por R.S. 505-74-ED, y luego de otros reconocimientos por las autoridades, instituciones y la sociedad civil, es el más importante destino turístico local, siendo permanentemente visitada por grupos familiares, escolares, universitarios, además de turistas nacionales y extranjeros que llegan a la región.



Sin embargo, tras su violento despojo durante la reforma agraria, y medio siglo de abandono, la casa ha sufrido muy graves daños por acción del clima y la falta de recursos para su mantenimiento, llegando a un estado de emergencia por el alto riesgo del colapso total de sus estructuras.

Las lluvias de los últimos Fenómenos del Niño, (ENSOs de 1984, 1998, 2017 y 2019), acarrearon cuantiosos daños en sus estructuras de adobe, ocasionaron erosión de suelos, el derrumbe de muros y caída de techos, quedando en una situación muy crítica.



Frente a ello, la Asociación Cultural Sojo viene realizando ingentes esfuerzos para evitar la pérdida irremediable de la Casa Sojo, y consolidarla como una de los más notables recursos culturales, históricos, sociales y turísticos de la región, pues ya forma parte esencial del alma de la comunidad.



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